
El Plan de Inteligencia Nacional (PIN), promovido por la administración de Javier Milei, pone el foco en la llamada “batalla cultural por el control del relato”. Esta estrategia estará a cargo de la SIDE y contará con uno de los mayores presupuestos del organismo.
El proyecto fue diseñado por Sergio Neiffert, actual jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado y cercano colaborador de Santiago Caputo, principal estratega del discurso libertario.
Las directrices del plan abren la puerta a que los servicios de inteligencia puedan recolectar y procesar información sobre periodistas, economistas y otras figuras del ámbito público que, mediante sus opiniones o publicaciones, puedan debilitar la imagen del Gobierno o influir en la percepción social.
En este contexto, adquiere mayor relevancia la asignación de fondos confidenciales mediante decretos de necesidad y urgencia. Entre ellos, destaca una partida de $100.000 millones que, aunque rechazada por el Senado, sigue vigente por no haber sido debatida en Diputados