
Los precios de la carne vacuna en Argentina continúan en una escalada preocupante que pone en alerta a consumidores y sectores vinculados a la alimentación. Propietarios de carnicerías de distintas regiones advierten que en las próximas semanas podría registrarse un nuevo aumento de hasta un 10% en el precio de la carne, un golpe directo al bolsillo de las familias argentinas.
Este posible incremento responde principalmente a la reciente suba del dólar, que impacta directamente en los costos de producción y comercialización del sector cárnico. La presión cambiaria, sumada a la inflación persistente, genera un escenario en el que los precios se ajustan constantemente para no perder rentabilidad.
Según datos oficiales, en julio de 2025 el precio de la carne vacuna aumentó un 1,4% respecto al mes anterior, acumulando un alza del 31,2% en los primeros siete meses del año y una suba interanual del 58,2%. Este ritmo de incremento supera al de otras carnes como el pollo y el cerdo, que también han registrado aumentos pero en menor proporción.
La situación genera preocupación en los consumidores, que ven cómo la carne, uno de los alimentos centrales en la dieta argentina, se vuelve cada vez menos accesible. A pesar de esto, el consumo per cápita ha mostrado un leve repunte, impulsado por una mejora relativa en el poder adquisitivo, aunque con la amenaza latente de que los precios sigan subiendo.
El sector frigorífico y los comerciantes de carne hacen un llamado a la cautela, ya que las proyecciones económicas y la volatilidad del dólar pueden desencadenar nuevos ajustes en el corto plazo. La recomendación para los consumidores es estar atentos a la evolución del mercado y buscar alternativas para afrontar esta situación.
En conclusión, la carne vacuna se mantiene como uno de los principales protagonistas en el debate inflacionario de Argentina, y las señales actuales indican que los aumentos no darán tregua en las próximas semanas. La pregunta que queda es cuánto más podrá soportar el bolsillo argentino esta escalada sin que se traduzca en un impacto aún mayor en la canasta familiar.